Otra muerte súbita de un futbolista durante un partido

Nueva muerte súbita de joven futbolista durante un partido de fútbol

Una semana más la iniciamos con la triste noticia del fallecimiento de un joven futbolista de 15 años.

Este último caso, en el que todo apunta a una parada cardiorespiratoria o muerte súbita, se produjo el pasado sábado 23 de abril, minutos después de las 11 de la mañana, en las instalaciones deportivas del campo municipal de Arliña, en Muxía (A Coruña).

El suceso se produjo durante el descanso entre la primera y la segunda parte del partido que enfrentaba a los equipos del Arliña y el Fisterra, de la categoría cadete de la liga de la Costa de A Coruña.

El joven jugador de 15 años, Abdoulaye Fall Seck, se comenzó a sentir indispuesto mientras estaba en el vestuario durante el descanso del partido. Según han informado testigos presenciales, el joven comentó que estaba sintiéndose muy acalorado, e inmediatamente después se desvanecía, desplomándose inconsciente frente a sus compañeros.

Rápidamente, y en primera instancia, entre el 1er y el 2º entrenador del Arliña, junto con la ayuda del entrenador del equipo contrario, se iniciaron las maniobras de reanimación cardio pulmonar (RCP), a las que también contribuyeron el presidente del equipo local así como otros miembros de la directiva y del cuerpo técnico. Pese a todo, y después de una hora tratando de reanimar a la víctima, cuando llegaron los profesionales sanitarios lo único que pudieron hacer es certificar la muerte del joven.

Cardioprotección de todo tipo de espacios con desfibriladores externos

Este nuevo caso vuelve a poner de manifiesto la importancia de la instalación de desfibriladores externos automáticos en cualquier tipo de espacio, empezando por las instalaciones deportivas y campos de fútbol municipales donde se disponen de menos recursos para la compra de este tipo de dispositivos de desfibrilación automática.

No queremos decir que con la aplicación a tiempo de un desfibrilador externo el joven se hubiera salvado, ya que cada caso es particular y hasta que no se aplica el desfibrilador no se sabe si el dispositivo va efectuar la descarga eléctrica o no, pero sí podemos decir que si hubiera habido un desfibrilador externo en el campo de fútbol o en las proximidades, tal vez se podría haber aumentado sus posibilidades de supervivencia.

Cada vez más, tanto entidades públicas como privadas son más conscientes del gran número de muertes que se producen por cardiopatías o enfermedades cardiovasculares. Actualmente se dan aproximadamente, unas 35.000 muertes al año por estas causas en nuestro país.

Solo con la instalación de desfibriladores externos de una forma masiva, tal y como se hace actualmente con la instalación de extintores, se conseguiría reducir este número en un 75%, dado que la única posibilidad que tiene una víctima de muerte súbita o parada cardio respiratoria, es la rápida aplicación del desfibrilador externo antes de los 5 ó 6 primeros minutos desde el desvanecimiento de la víctima.

Desde Caryosa queremos hacer llegar todo nuestro cariño y apoyo a la familia, amigos y compañeros del joven adolescente Abdoulaye, y decirles que no nos vamos a cansar de informar de este tipo de casos que, esperamos, deriven en una aún mayor implicación social tanto de entidades gubernamentales como privadas, igual que ya desde hace años se hace con campañas contra los accidentes de tráfico, contra los incendios o enfermedades como el cáncer o el SIDA, ya que los casos patologías cardíacas se cobran un número de víctimas muy superior al de estos ejemplos en los que la sociedad ya está muy sensibilizada.

El desfibrilador externo es la última y única posibilidad de sobrevivir que tiene una víctima de muerte súbita fulminante o parada cardiorrespiratoria, de ahí la importancia de continuar creando más espacios cardioprotegidos que salven vidas.